Es evidente que en Ecuador, Brasil,
y la mayoría de países latinoamericanos adolecen de un sistema educativo deficiente,
son innumerables las causas que provocan que a pesar de los intentos por
mejorar el sistema de educación, aún no se observen resultados positivos.
Una sociedad sin gente educada está
destinada a vivir en la pobreza, el aumento de problemas sociales como las drogas,
el acoso y abuso escolar están contribuyendo para que la niñez y juventud se
alejen cada vez más de las aulas de clases.
La profesión en docencia permite
que más allá de enseñar a leer, escribir, resolver problemas matemáticos, tenga
como misión preparar a los niños y jóvenes a desenvolverse en la sociedad, sin
embargo, la desvalorización de esta hermosa profesión también ha contribuido a
que la educación se mantenga estancada, pues son muchos profesionales en otras áreas
técnicas que en la actualidad se desempeñan como docentes, aunque en algunos
casos no tengan la vocación que esta noble profesión requiere.
Además, los salarios bajos y los obstáculos
para ascender en esta profesión, hacen que los docentes de encuentren
desmotivados para invertir en especializaciones en educación, ahondando aún más
los problemas en la educación.
Finalmente, sería importante que
los gobiernos tengan al frente del sistema educativo un equipo de profesionales
imparciales que realicen un análisis profundo de los problemas educativos y
trabajen en solucionarlos en beneficio de la niñez, la juventud, los docentes y
comunidad educativa en general, lo que redundará en lograr una sociedad más
justa y equitativa.
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